martes, 10 de noviembre de 2009

El segundo mail (y último)

Fiesta de la cerveza, lugar: Malloco. Por aquellos lares anduve el día viernes, me fui antes de que Eduardo “Sportacus” Felipe se diera cuenta, ya había quedado de acuerdo con un amigo para irme de excursión por aquellas tierras a degustar las bondades de la cebada… Ahora entiendo por qué los frailes tenían la zona abdominal más abultada que el resto, también el perfil de Homero Simpson refleja que esta bebida con algunos grados más de alcohol se deposita justo en esa zona que es tan cruel en verano para hombres y mujeres.
Mi amigo, más conocido como “El negro” me pregunta que tal mi día, mientras yo buscaba un cd para ir escuchando y entre que yo elegía el mezclado que tengo de “The Saloon” y “La Ley” y el de “Tears For Fears” y “The Cramberries” , terminé escuchando un cd de la radio Universo que me compré pa mi cumpleaños, el negro insistía preguntándome que tal mi día y yo con cara de perrito guacho le dije la frase pal bronce “Negro… me doy por vencida”, se acabó la cuestión, nada más… Pero que onda?? Que pasó? Me dijo boquiabierto ... Na´h poh!, eso… No pasa nah le respondí y empecé a contar lo del famoso mensaje que te envié el jueves…. Negro, le escribí tremendo testamento, si hasta aquí tengo la copia, aproveché de dejarme una pa mi, porque sé que después me cuesta re leer del computador - A ver… presta pa acá! Y de un manotazo me quitó el tesoro y comenzó a leer mientras yo dele maneje y tarareo de un tema de Queen.
No me demoré la media hora en llegar al asunto, llegué mucho antes, eso si, después de cómo veinte mil ochocientos veintinueve retos del negro pa que no acelerara tanto. Eran veinte para las cinco de la tarde y habían tres pericos en la fila de la boletería antes que nosotros, la entrada era a las cinco y estaba a mitad de precio por ser día viernes, la verdad que no se veía mucha gente y a lo lejos se escuchaba una prueba de sonido de algún conjunto desconocido. ¿Sabis qué? Me dijo el negro… “Eres bien mamerta poh”…. Queeeeeeeeeeeé???? Le dije (con una voz igualita a la Pía Correa Gumucio) ¿Por qué? Agregando a mis interrogativas le respondía, mientras el negro preparaba su discurso de abogado de los pobres “Si poh negra…. Eres bien mamerta… como que le dices que te gusta y después te corrís, cómo que te declarai y después cambiai el tema, como que querí y no querí” ¡Poca claridad poh!, por último tírasela de una y te salis de la duda, pero como que la historia va bien y la cortai de una….¡¡Eso no se puede poh!! Y fue esa la frase reveladora, fue esa justito justito pa pegarme tremedo flash back e irme como tres años pa atrás cuando me atreví a publicar en el blog el primero de mis cuentos “El Venecia” la historia de una garzona flacuchenta que le gustaba leer El Principito. Recuerdo que apareció un “Caza talentos”, quien dejó desde ese entonces comentarios en mis escritos, me dijo algo como “¡¡Bien Trilce!!” (Trilce es el nombre falso que ocupo en uno de mis tres blogs) y siguió añadiendo “Bonita historia, redondita para mi gusto y con los elementos perfectos para hacerla entretenida, romántica y sobre todo leíble”, luego, en la segunda historia que fue un poco más dramática me dijo “Trilce, la historia es buena, pero te ahuevonaste en el texto, dilatas mucho, trata de ser más concreta en la parte donde ella le declara sus sentimientos, escribe un diálogo como si fueras tú la que se declara, para que quede liviano y creíble”… He ahí mi disfunción con el tema romántico, por más que trato de llegar al punto neurálgico de las cosas comienzo a evadir y a evadir y cambio el tema desviándome de lo que realmente quería resaltar.
Seguíamos en la famosa fiesta de la cerveza, es increíble ver después de dos horas a tanta fauna cervecera, personas con pitchers hasta la baranda del brebaje, habían rojas, negras, rubias, morenas (Y estoy hablando de chelas), unas con canela, con chocolate, con clorofila , distintos copones, distintas botellas, en uno de los puestos me regalaron un gorro de un toro con cara de enojao (Yo creo que la cerveza tenía un nombre relacionado con aquella figura), pero lo que me mató fue un gorro verde alemán con una pluma roja en el costado…. Yo quería uno de esos, pero no sabía donde miércale estaban, así que con el negro partimos en la búsqueda del gorro verde. Sabes qué… tenís razón… fui una mamerta, debí haber planteado bien las cosas, pero la verdad verdad es que no sé cómo, no puedo decirle “Ya poh don Clark… decídase”, si la verdad es que no ha pasado nada… y es eso lo que justamente me tiene “Brushing the doll”, porque yo quiero salir de la duda, quiero saber si realmente me gusta, pero no como el colega seriecíto, sino como cómplice de mis andanzas y como no andamos pa ningún lado y no acepta ninguna de las cosas que planteo me quedo aquí… en este estado de “plop”, con un signo de interrogación más grande que el del acertijo… Ahhh!, pero no me habías dicho eso pues negris, lo invitaste a salir y te dijo que no? Preguntaba el socio con acento farandulero... emmm… más o menos le dije y dándose una palmada en la frente me dijo bien serio: “Negra… tay puro dando jugo”… Si ya lo haz invitado a salir y te dijo que no o quizás evadió la respuesta es porque simplemente no le gustai po, no quiere nah contigo, de otro modo acepta la cuestión. Ahora entiendo porque dices en la famosa carta que hay metros de silencio entre ustedes, si la verdad el compadre no quiere contigo nomás… Si no da señales, entonces negra linda no perdai el tiempo ahí… (Mientras yo con cada palabra de él sentía como si me hundiera en el Titanic)… Caminamos y corría viento helado, divisé en el fondo hileras de eucaliptos que me recordaban parte de mis palabras, luego en la feria artesanal que había en el centro de la fiesta me enredé con una cortina de titiridedos y el que se me enganchó en el pelo fue justo el de Clark Kent enchulado con la capa roja… Eran puras señales… me parecía a la protagonista de “Serendipity” (Una película que me gusta harto… algún día te la presto) y todas esas cosas sumándole un cartel de Arrate que me encontré (que asocié a mi derrota en este asunto amoroso) me dejaron más triste que el final de “La vida es bella”, de pronto el negro se me pierde, me di vueltas y vueltas y no lograba encontrarlo, hasta que lo veo sonriente venir hacia mi con las manos atrás, se me acerca y me muestra lo que traía oculto, era el famoso gorro verde alemán con la pluma roja en el costado y me da un abrazo diciéndo “No seai tonta negra…. Déjate de pensar leseras y date cuenta que hay gente que te quiere mucho y bla bla bla…”, me reí con una de mis risas fingidas que tengo en caso de emergencias y seguimos caminando hacia el escenario, habían unos alemanes que cantaban “Ioralei ioralei ioralei ju ju” tocándo acordeones y otros cachivaches que emitían ruidos… El negro se puso a bailar de manera ridícula, tal como lo hacían los demás… “Enjoy negra… enjoy”, me dio risa verlo y lo acompañé en la tontera…

6 comentarios:

Luis Sepúlveda dijo...

Gusto volver a saber de ti, te envío un beso y un abrazo.

PD: Yo dejo mi nombre en los comentarios.

Elisa Montt dijo...

Gracias Luis... es que con tanto anónimo ya ni sé quién es quién!

Beso pa ti!

 kotto dijo...

me sumo al enjoy negra de tu socio... disfruta y no te enrrollí ma'...

Anónimo dijo...

Esta noche quiero hacer llegar un pequeño presente para una mujer bella como tu, que lo disfrutes

http://www.youtube.com/watch?v=H7ub9SskSh4

Elisa Montt dijo...

Don Kotto: En esto estamos...puro "Enjoy".

Un abrazo.


Anónimo: ....................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................... y finalmente gracias.

Anónimo dijo...

Felicitaciones!!!