998.... Y la autobiografía poco ortodoxa continúa...

"Caer y resbalar como lágrimas en los vidrios de las ventanas, caer y agrandar hasta el horizonte las lagunas, caer... Caer sobre su corazón y empaparlo, deshacerlo de languidez y tristeza"

No es fácil hablar de uno.... Definitivamente no lo es, porque tendríamos que entrar en detalles vergonzosos y escabrosos del pasado, pero en fin...Como la autora soy yo, me reservaré el derecho a ocultar los nombres y cambiarlos por otros (digamos que Victoria será Elisa)... (¡Qué idiota!... ya todos lo saben!!).

Si hablamos de desamores, creo que yo soy la madre de todas las lloronas de este mundo, que soy la número 100 en todo (porque de cada 100 mujeres con pésima suerte simpre hay una con peor pésima suerte que el resto... hablando del plano amoroso), y es que parece que tuviera una adicción incansable por fijarme justo en aquellos que tienen más dramas que teleserie mexicana (Mi amigo "El negro", me dice que soy como un imán para los pasteles... refiriéndose por supuesto a los candidatos a ser los principes azules), pero yo no soy la princesa rosada precisamente, es más, creo que estoy fuera de forma, con kilos demás, con un genio peor que "Taz" (no sé por qué se me viene a la mente la canción Something de los Beatles), quizás es para relajarme y no encontrarme tan terrible.
La verdad que si hablamos de mi, podría decirse que no soy la mujer perfecta, pero como me dijo una amiga "En este mundo hay espacio para cada uno de nosotros", asique al que le moleste.... ¡Que se pudra!.

La manía del ser humano en este momento es agradar a los demás y no buscar la felicidad propia... precisamente eso es lo que intento... ya pasaron las horas frente al espejo lloriqueando por lo que debía o no debía hacer, pero en esa búsqueda desesperadamente deseada de la felicidad también caí en un montón de necedades, niñerías, idioteces e imbecilidades. Una noche después de una cena con unos amigos en el sofisticado "Patagonia" del barrio Lastarria, después de beber vino tinto en copas de cristal (yo creí que mientras más bebía, más feliz me iba sintiendo y hasta se me olvidaba las situaciones complicadas que estaba viviendo) y engullir platos de pastas, y trozos de Jabalí patagón con una salsa rara agridulce... Solamente pensé que así debía ser mi vida, así debía buscar quizás la aceptación, quizás mi identidad y mi propio ser que se quedaron dormidos en la habitación azul... Eso pensaba... sentía una profunda indignación de no poder despertar a la Elisa que se había quedado entre las sábanas del espacio azul y bebía otra copa más para poder armonizar la noche tibia... aún recuerdo... Tibia... A pesar que el resto de la gente usaba sus abrigos negros, o quizás también formaba parte de la pesadilla del momento.
No sé como salí del lugar (será una ventaja que externamente no se note cuando me mareo?) (nótese la buena suerte....y yo que me quejo)... Salí y mis piernas eran dos cuchillas afiladas que daban pasos duros y pesados y el piso era un gran trozo de mantequilla expuesta al sol... trataba de mirar fijo, pero no sabía si iba rumbo a la Alameda o al Parque Forestal (más adelante supe que era para el otro lado)... No sentía miedo, pero esa sensación de caer en un vacío absoluto comenzó a formar parte de mi, por instinto saqué el celular del bolsillo y tuve la ocurrencia de llamar a Cristian que vivía por el sector (Mala ocurrencia, porque él si que es depresivo). Llegué al edificio, en uno de los departamentos se oía la canción "A primera vista" de Pedro Aznar... Piso diez y tres golpes en la puerta... él se preparaba a salir a tener sexo con una de sus tres pololas y me quedé recostada en la cama... ¡Vuelvo! (me dijo), pero no me importaba... solamente quise no caer en el camino y disfrutar de la soledad que me inundaba en el momento. No sé cuantos fueron los minutos que pasaron, creo que menos que diez y yo ya estaba marcando el número de celular de cada uno de mis conocidos para pedir auxilio... Me sentía sola y realmente no quería estarlo, porque mis pasos me llevaban hasta el balcón (y eso que tengo vértigo), pero nadie respondió... ningúno de los números.... Nadie.

(continúa)

PD: Señor lector, esto es real, solo hasta que lo termine de leer)